domingo, 25 de agosto de 2013

Secondo giorno. El saber ocupa tiempo, pero siempre puede venirte bien



Ayer habíamos sacado los billetes, de ida, para ir hoy a Ferrara.

Esta mañana, justo cuando nuestro tren estaba parando en la estación, hemos leído el texto, y nos hemos dado cuenta de que teníamos que picarlo.

El problema era que desconocíamos el procedimiento y no teníamos tiempo, así que nos hemos abandonado en manos de la suerte y nos hemos embarcado. Por supuesto, ha pasado el revisor, ha escrito una notita y me ha dicho que yo debía ir a hablar con el jefe de estación. Una vez en nuestro destino y,  puesto que sí habíamos pagado el billete, he omitido su sugerencia.

Después hemos paseado, hemos visitado el Castillo de los Este, la catedral y, como todo el mundo allí se mueve en bicicleta, hemos alquilado una.

Estas son ciudades hechas para este medio de transporte, porque tienen aparcamiento reservado en todos los lugares.

El plano de la Oficina de Turismo nos sugería cuatro o cinco itinerarios temáticos y nos hemos movido por tres de ellos. Mientras botaba por calles de cantos rodados le he agradecido a mi padre su peculiar modo de enseñarme a montar.

Gracias a eso, mi recuero de Ferrara será diferente.

A partir de las tres, las calles se han llenado de gente, chiringuitos y música. Grupos de distintas nacionalidades, con instrumentos de lo más variopintos y todo tipo de estilos han convertido el lugar en un festival de sonidos, color y actividad.

María, esto nos lo hemos encontrado. Y te hemos recordado, porque varios de los conjuntos tocaban música de swing y jazz.

En el viaje de vuelta a Bolonia, como ya conocíamos cómo validar los billetes, hemos seguido el procedimiento de buenos ciudadanos.

El revisor no ha pasado.

1 comentario:

  1. Me alegro de que disfrutéis del viaje y las sorpresas del camino.
    ¡Bien por la música! y ¡ cuidado con los revisores del transporte, ya sabes que son amigos del diablo!.
    Que el camino os sea propicio.
    besos

    ResponderEliminar