lunes, 24 de octubre de 2016

De vuelta


Los árboles, el camino, el charco y algunos valientes. (Llovía)

Titulares nada ecuánimes del 23 de octubre: seguiremos comiendo PP con patatas, España es un país viejo y lleno de viejos, perdón, de personas mayores, el Estudiantes ha perdido con el Real Madrid, Jorge no sé si lo sabe, y la ecuanimidad de los periodistas deportivos ¿sólo? hay que buscarla con microscopio electrónico, de los programas más vistos en televisión durante las semana ninguno tuvo el privilegio de tenerme por espectadora, mi ordenador va a pedales desde ayer, y por mi coco pululan ideas sin pensamientos, motivo principal de las ausencias últimas por estos senderos.

Eso, un cierto caos organizativo y una vagancia segura para decidirme a escribir o a pensar.

Hablaba de titulares y me olvidaba de incluir en ellos que la lluvia, tan deseada por ausente, no ha llovido esta vez a nuestro gusto.

Con la intención puesta en un agradable paseo otoñal de temperaturas agradables y buenas compañías, habíamos quedado a las ocho y media de la mañana, pero a esa hora llovía. Porque llovía y porque teníamos cita previa confirmada en el restaurante, pospusimos la salida para las once; llegadas las once en las mismas circunstancias lo dejamos para las doce.

Finalmente partimos  y tras una hora de trabajo ininterrumpido de los limpiaparabrisas llegamos a un bar, donde tomamos el aperitivo y desde donde nos fuimos a comer.  Durante la comida escampó.

Después nos decidimos por fin a darle al tacón, pensando que acaso el agua respetaría nuestro caminar a pesar de los nubarrones negros y bajos que ocupaban todo el espacio a su disposición, pero no se dio la circunstancia. Tras poco más de cincuenta metros, llegados al río, desistimos.

Desistimos de continuar, con el propósito de volver en circunstancias más favorables. El lugar lo  merece.

Nosotros también.