sábado, 30 de junio de 2012

Me sobran los motivos


Probablemente el texto que encontraréis si pincháis en el enlace “más información” sea sólo apropiado para aquellos que compartís una de mis pasiones.

Si no es vuestro caso... lo siento, pero eso que os estáis perdiendo.







martes, 19 de junio de 2012

Recuperando sensaciones


Tengo resaca psicológica.

Todo comenzó con la recopilación de viejas canciones de verano. Y, puesto que ya teníamos la música, Consuelito decidió que teníamos que hacer un guateque como en los viejos tiempos. Después, todo se complicó.

Empezamos mandando un correo para sondear opiniones; después, organizamos grupos con los participantes, enumeramos tareas y las asignamos. Cada uno debería aportar su especialidad gastronómica; las bebidas las compraríamos con fondo común.

Nuevos correos, y nuevas ideas de la gente que complicaban el evento. Podría haber sido un problema pero, el altísimo grado de implicación de todos los participantes, el deseo de cada uno de que el resultado fuese perfecto, las ganas de trabajar, y las ilusiones personales puestas en el empeño, han quedado patentes en el resultado.

Por fin hoy, tras dos semanas de intenso ajetreo (y alguna más, a menor ritmo), en las que he disfrutado de un modo que tenía olvidado, llegó el día.

19 de junio de 2012. 14:00 horas.

Primero, sesión de fotos y, al entrar al salón, todo perfecto. El espacio fantásticamente decorado; la informática (pese a un pequeño susto inicial); funcionando como debía; las mesas con una presentación maravillosa, adornadas con flores y plantas naturales; en la pantalla, la Carta de ajuste de la vieja Televisión Española.

Con las imágenes de la gala de Sábado noche, han aparecido los presentadores (Joaquín Prat y Laura Valenzuela) y se han ido sucediendo las distintas actuaciones, interrumpidas por sesiones de anuncios (originales) en blanco y negro, de épocas pretéritas.

En el inicio, una entrevista a la directora; a continuación, el Trío La, La, La cantando, con Masiel en la pantalla, el tema del mismo nombre; Las Grecas y Te estoy amando locamente, seguido de una solitaria bailarina que nada debía envidiar a Laura Valenzuela. Por último, un montaje de vídeo con fotos de distintos periodos de nuestras vidas.

A estas alturas, y para no fenecer, tocaba comer (a beber habíamos empezado hacía rato). Para finalizar, con las canciones que constituyeron la excusa inicial, hemos bailado hasta (casi) el agotamiento.

En mi infancia y adolescencia, vivía el año pensando en tres días determinados; los que duraban las fiestas del pueblo. Tres días completos, noches incluidas, de libertad absoluta.

Cuando todo había terminado, me recuerdo deseando que el reloj retrocediera hasta la víspera del quince de agosto; despertando por la mañana, y volviendo a cerrar los ojos. Recuerdo lo largo que  parecía un año entonces. Rememoro la consciencia de que sólo el tiempo conseguiría acostumbrarme a la normalidad y me alejaría de la añoranza.

Esto es lo que, muchas experiencias después, llamo resaca psicológica.

Estas son las sensaciones que he recuperado hoy.
GRACIAS CHICOS, POR HABERLO HECHO POSIBLE

lunes, 18 de junio de 2012

17 de junio


Cumpleaños.

Un día tan atareado que ni siquiera he leído el periódico; tampoco he hecho los sodokus. Me han regalado un aparato de música.

Y un inesperado abrazo de oso.

martes, 5 de junio de 2012

Eufemismos


Los sueños de la siesta constituían una mezcolanza importante (por la cantidad) de cosas sin sentido; nada extraordinario. La primera palabra del despertar ha sido, justo, el título de esta entrada. Imagino que era consecuencia de la actividad inconsciente o semiconsciente de mi cerebro hasta ese momento.

Según el Diccionario de la RAE, los “eufemismos” son “manifestaciones suaves o decorosas de ideas cuya recta y franca expresión sería dura o malsonante”.

Existen hechos difíciles de nombrar y palabras difíciles de pronunciar para cada persona; porque nos parecen difusas, porque nos suenan mal, por sus connotaciones negativas o, simplemente, porque nos son extrañas.

En estos tiempos de crisis políticamente correctos, el abuso de eufemismos permite a los poderosos maquillar y manipular la realidad. Sus palabras serán repetidas hasta la saciedad por los medios de comunicación, hasta quedar asimilados el viejo significado y la nueva forma.

Más allá de su uso público, me parece que hay realidades que todos necesitamos decir de otra manera, al menos en momentos determinados. Llamar “jardín de paz” a los cementerios, como hacen en algunos lugares de Hispanoamérica me parece, más que un eufemismo, una fantástica descripción poética.

Existen otro tipo de eufemismos -que podríamos llamar del contexto-, que se producen sobre todo en la comunicación oral. Por ejemplo, cuando decimos “sí  claro” y, según el tono, querremos significar “sí” o “por supuesto”; o “no deseo discutir” e incluso “no”.

“Hasta siempre”. Bonita expresión, que el contexto suele transformar en el “hasta nunca” que no queremos (o no podemos) pronunciar.