martes, 22 de diciembre de 2015

¿Justicia?



Gráfico publicado por el diario El País, el día 21 de diciembre de 2015.
Dejando al margen las elucubraciones, particulares o generalizadoras que sean, y siempre interesadas, obviando el hecho concreto de quién ocupa qué lugar, lo que este gráfico demuestra es que en las elecciones generales celebradas el domingo pasado (como en todas), la igualdad fue una quimera.

Imaginemos que esto fuese una inversión. Una inversión en la que en el perceptivo folleto informativo de la Comisión de Valores de la Bolsa Electoral nos habrían informado oportunamente de que serían bienvenidos los dineros de todos los ciudadanos (mayores de 18 años), porque sin tener en cuenta a su dueño ni su finalidad, un euro siempre vale un euro.

No voy a hacer todos los cálculos, porque la expresión gráfica de los datos ya es bastante contundente. Sólo utilizaré para las divisiones cinco ejemplos agrupados en cuatro categorías:

1.              La categoría de los ciudadanos que mejor invirtieron (PNV).
2.              La de los segundos mejores inversores (EH Bildu).
3.              La de los que siempre invierten bien (PSOE y PP).
4.              La de los inversores que se arruinaron (UP/IU).

Unas simples divisiones entre los caudales dispuestos por parcela de poder en los distintos partidos proporcionan los siguientes resultados:

UP/IU / PNV = 9,18
UP/IU / EH Bildu =4,22
UP/IU / PSOE = 7,51
UP/IU / PP = 7,86
EH Bildu / PSOE = 1,77
EH Bildu / PP = 1,86
EH Bildu / PNV =2,17
PSOE / PP = 1,049.

Resumiendo, el valor igualitario de cada voto se traduce en las siguientes diferencias de poder (y de control):

Cada voto de UP/IU vale menos de la décima parte que uno del PNV y menos de una séptima parte que los invertidos en el PP o el PSOE. Se acerca a la mitad del valor del capital destinado al segundo partido más votado (EH Bildu).

En el caso de este último, el valor perdido por sus votantes variaría entre 1/1,2 respecto al siguiente en la lista (Ciudadanos, no contemplado aquí) y 1/2,17 comparado con el PNV.

El otro dato significativo es la relación entre PSOE Y PP, en este caso favorable al segundo; con una insignificante diferencia (0,049) entre ellos y respecto de la unidad. El sentido de esta variación puede intercambiarse entre comicios, pero la relación matemática tiende a mantenerse estable.

Así que sí, un ciudadano, un voto. Pero, un voto, una diferencia de hasta MÁS DEL 90 POR CIENTO EN EL PORCENTAJE DE PROPIEDAD DEL PASTEL.

¿Dónde está la OCU, por favor? Después de todo, la mayoría de españolitos somos  consumidores habituales de elecciones cada cierto tiempo.