lunes, 23 de marzo de 2015

¡Boicot!

Bueno, pues resulta que desde hace unos días una guerra incruenta y no soterrada enfrenta a algunas celebrities; en el campo de batalla de Istagram, que por fortuna también en las redes sociales existen diferencias de clases, Dolce & Gabbana versus Elton John y algún aliado más sumado a su causa.

La cosa empezó, como todos los litigios, por un quítate de ahí esas ideas, que si la única familia es la tradicional, que si determinados niños son hijos de la química, que si basta ya de úteros de alquiler, que si cómo se os ocurre llamar sintéticos a mis preciosos hijos, que si os deberían dar vergüenza vuestras ideas retrógradas, que si os vais a enterar porque voy a solicitar a todos los consumidores que no compren vuestros productos, que si...

Y servidora feliz a medida que el ambiente se caldeaba, porque la verdad es que en nuestra clase social no es muy habitual que se nos convoque a significarnos. Vamos, que oí boicot y se me hicieron los ojos chiribitas, y no pienso quedarme al margen.

Esta vez pasaré de fruslerías filosóficas y me ocuparé de lo importante.

Había elegido ya el bolso de estreno para la próxima fiesta jet, pero no puedo dejar pasar la ocasión, que a los de mi estatus siempre nos faltan oportunidades para dejar bien clarita nuestra postura, así que ya lo he decidido. Renunciaré a gastarme el sueldo mensual que me paga la ETT en Dolce & Gabbana.

Dadas las circunstancias, elegiré a Christian Dior.

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