jueves, 20 de septiembre de 2012

Tres horas para toda la vida


NOTA: Se advierte a los posibles lectores de que esta reseña es absolutamente subjetiva y puede inducir a desacuerdos.

Lugar: Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid (la acústica, aceptable).

Fecha de compra de las entradas: 20 de marzo de 2012 (esta vez llegamos a tiempo).

Fecha del evento: 19 de septiembre de 2012 (todo llega, si el cuerpo resiste).

Hora: 22:00.

Acompañantes: mi hijo, mi amiga, sus hijas y su hermana.

Título del evento: Dos pájaros contraatacan.

Pájaros principales: Serrat y Sabina.

Pájaros secundarios: los músicos y todo el equipo técnico.

Pájaros extras: el público que abarrotaba el recinto. Colgado el cartel de “no hay billetes”.

Lo mejor: los temas cantados siguiendo el ritmo original, independientemente del intérprete.

Lo peor es evidente: los experimentos con canciones que llevan muchos años conmigo.

Temas asesinados: De cartón piedra  y Princesa.

Mejor canción de Serrat: Señora (a pesar del vértigo que produce escucharla desde el otro lado de la barrera).

Mejor canción de Sabina: me cuesta elegir, pero puestos a ello, Yo me bajo en Atocha.

La apoteosis: llegó con Cantares (y no fue el final).

Mi pensamiento de la noche: a la vuelta, en el metro, abarrotado a la una de la madrugada de un miércoles, verificar que un montón de gente a la que no conozco, y que no volveré a encontrar, comparten mi afición por estos dos eternos trovadores de vida y sentimientos.

Mi estado de ánimo al finalizar el concierto: extasiado.

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