lunes, 25 de abril de 2016

¿Qué leemos?

Han pasado dos meses largos sin añadir una sola palabra a este cuaderno.

No es por falta de ideas. Tengo muchas, y si acaso me faltaran  sería suficiente con mirar las noticias o leer el periódico para encontrar tema de comentarios. Sin ir más lejos, hoy se me han ocurrido unos cuantos.

Los motivos son otros. Dispersión de pensamientos, pobreza en la concentración, dudas sobre la oportunidad y falta de decisión.

No obstante, durante este tiempo de lejanía alguien ha manifestado añoranza por mi ausencia en Superando el miedo escénico. Creo saber quién se esconde detrás del Anónimo, pero no lo preguntaré porque la duda tiñe sus palabras de un misterio que no deseo desvelar.

 Eso sí, esta ruptura de la racha va por ti.

Hay un libro de Hannah Arendt, Eichmann en Jerusalén, cuyo subtítulo, más conocido y sobre todo mucho más citado,  ha quedado por sí solo como una definición moral de algunas actitudes, y dado que se ha cruzado reiteradamente conmigo en las últimas lecturas, creo llegado el momento de conocer lo que La banalidad del mal esconde .

A tal fin he entrado en el catálogo de bibliotecas de la Comunidad de Madrid buscándolo. Sólo estaba en dos de ellas y ambas me quedan lejos, pero como a menudo sucede en estos casos, he descubierto dos secciones en la página que han llamado mi atención: «Más valorados» y «Más comentados». Una vez abierta la veda, he curioseado por ambas.

Evidentemente, no he ido uno a uno; pero en un vistazo superficial, entre los más valorados figuraban  algunos poemarios y literatura infantil y juvenil: La vuelta al mundo en 80 días,  El flautista de Hemlín, dos títulos de la serie «El capitán Calzoncillos» y dos de Harry Potter. Añadiré que los demás me son desconocidos.

Mi conocimiento de los más comentados ha resultado ser superior; he leído algunos y conozco al menos de título otros más.

Si bien es imposible saber el importante dato de la valoración halagüeña o negativa de los comentarios, dado que no figuran, este es el pódium de los vencedores:

  • Tercer puesto para un título morboso y descriptivo. Nacho Vidal: confesiones de una estrella del porno.
  • Segundo, para uno sugerente. Querido Caín.
  • Primero, adivina, adivinanza, Cincuenta sombras de Grey.
No hay lista con los libros más leídos.



viernes, 12 de febrero de 2016

Superando el miedo escénico

El pasado sábado se casó María. He de decir que también se casó Marco, pero en mi caso eso era un bien colateral.

Yo había dedicado la últimísima hora de la noche anterior a buscar algún poema y encontré este de autor ignoto. Me pareció que se compadecía más o menos bien con la ocasión y con mis sentimientos.

No moriré del todo amiga mía
No moriré del todo, amiga mía,
mientras viva en tu alma mi recuerdo.
Un verso, una palabra, una sonrisa,
te dirán claramente que no he muerto.

Volveré con las tardes silenciosas,
con la estrella que brilla para ti,
con la brisa que nace entre las hojas,
con la fuente que sueña en el jardín.

Volveré con el piano que solloza
las nocturnas escalas de Chopin;
con la lenta agonía de las cosas
que no saben morir.

Con todo lo romántico, que inmola
este mundo cruel que me destroza.
A tu lado estaré cuando estés sola,
como una sombra más junto a tu sombra.
Rodolfo Tallón

Busqué, y no encontré, información sobre el autor.

A la mañana siguiente, cuarto de hora antes de salir para la boda, le pregunté a Jorge su opinión. Me contestó que no le convencía; le respondí que era un poema de amistad y que al fin y al cabo, aunque este era un evento de dos, mi amiga era María; añadió que el autor era un hombre que escribía a una mujer, lo que según su criterio cambiaba la perspectiva y hacía surgir las dudas; sin más argumentos de defensa volví a mostrar mi desacuerdo. Tal vez para intentar convencerme, y seguro intentando ayudarme, sugirió que buscase en YouTube Por qué cantamos, recitada por Mario Benedetti.

Lo buscamos, lo encontramos y sobre la marcha decidí que tenía razón. Este es el enlace, y vale la pena escucharlo.

Yo sin practicar hice lo que pude.