Miércoles, 4 de septiembre
Finalmente hemos cambiado el
monte Cervino por la ciudad de Parma, debido a que la excursión de un día a la
montaña nos salía por una pasta. Y cuando digo una pasta, quiero significar
justo eso.
De buena mañana, en la estación
he mandado a Guillermo a tomar viento fresco con palabras más duras que estas y le he
dicho que era imbécil.
Tras un viaje del todo en
silencio, hemos llegado a una ciudad llana, dispersa, que vive para sí misma y
no para los visitantes, que tiene una catedral con frescos estupendos y un
baptisterio que bien merece la visita.
Me parece que el cansancio
empieza a hacer mella en los cuerpos y el calor sofocante de hoy no ayudaba a la
relajación, más en un lugar en el que resultaba difícil encontrar lugares sombreados
en las horas del mediodía.
Mientras él dormitaba
sentado en un banco del conservatorio de música, en el primer piso he visto una
exposición sobre la presencia de Verdi en los medios de comunicación
(ingleses, franceses, alemanes e italianos).
Cada hoja completa de la
publicación original estaba insertada entre planchas de metacrilato, lo que permitía ver
la noticia aparecida sobre el compositor por un lado, y por el otro las que
quiera que tocaran en suerte en su momento.
Una de estas últimas páginas ha llamado
especialmente mi atención. Correspondía a un periódico alemán del 1 de
septiembre de 1937 (lo sé porque la fecha estaba escrita con números) y en ella
aparecía la foto de un niño haciendo el saludo nazi, rodeado de cuatro jefes
militares; uno, mirando hacia otro lado, se desentendía de la historia mientras
el resto reían la gracia.
A su lado, un crucigrama
que, a falta de dos letras, alguien había resuelto. Pensé en la casualidad, y en
lo improbable de que el aficionado a los juegos de palabras hubiera imaginado
nunca que sus letras autógrafas terminaran expuestas en Italia, aunque no fueran ellas la
causa.
El vagón del ferrocarril de vuelta carecía
de aire acondicionado y, aunque hartos de sudar nos hemos cambiado a uno de
primera, la sensación general del día en estas horas de la noche es de calor,
calor y calor.
Y cansancio. Mucho cansancio.
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