Continúo con el retraso. Y me
parece que no va a ser tan fácil ponerme al día.
Hoy nos hemos colado en dos
autobuses y hemos estado a punto de hacer lo mismo en un Freccia.
Pero vayamos por partes.
Tocaba cargar maletas. Teníamos
el hotel en Padua, pero queríamos viajar a Vicenza porque sólo los miércoles y
los sábados se puede visitar Villa Rotonda. Así que, una vez dejados los trastos en la
consigna, que cerraba a las seis de la tarde, hemos partido en esa dirección.
Tras llegar y visitar el Teatro
Olímpico -impresionante, maravilloso o, como diría un italiano bellisimo-, en un autobús hemos tomado
la dirección de la mencionada villa. Y, después de bajar, nos hemos dado cuenta
de que no bastaba con comprar el billete; también habríamos debido validarlo y,
como no lo habíamos hecho, hemos decidido que podía servirnos para la vuelta.
El Freccia es un tren rápido, mas nosotros viajamos en los
interregionales que son menos caros (en segunda). Esta tarde debíamos coger el
de las cinco, pero lo hemos perdido porque el autobús de vuelta de Villa
Rotonda venía con cuarto de hora retrasado.
Cuando hemos llegado a la
estación ferroviaria esperaba un Freccia que
partiría en nuestra dirección. Hemos decidido jugárnosla y, en caso de que nos
pillaran, pagar la diferencia; pero justo al entrar al vagón nos hemos cruzado con el
revisor, e inmediatamente hemos cambiado de opinión.
Al final, después de todo, hemos
llegado a tiempo y hemos recuperado las maletas, lo que nos ha evitado el trance
de aparecer en el hotel con la documentación y lo puesto.
Después, con el maletón, la
maletita y el dinero en la mano, me he dirigido al conductor (en italiano) para
comprar el billete, pero el tío ha pasado de mí y nosotros hemos decidido pasar
de pagar.
Así que, en un día de trasiego
con los medios de transporte, de Vicenza me queda el recuerdo de una ciudad
señorial y preciosa, a la que me encantaría volver, siquiera fuese para recorrer
los edificios de Palladio, siguiendo el camino que proponen sus mapas
turísticos.
¡Me encantan tus desafíos al transporte público! No se si debo, pero ¡bien hecho!
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