jueves, 21 de enero de 2016

Resumen del día y algunos datos prácticos


Mi parapeto contra el frío está constituido por camiseta y pantalones térmicos, otros pantalones con forro polar por debajo y capa impermeable aunque fina en el exterior, sudadera, abrigo de plumas, gorro, bufanda y guantes. ¿El resultado?  Que ir al baño resulta ser una tarea muy dificultosa. Procuro beber poco durante el día para visitarlo lo menos posible.

Hoy hemos pasado la mañana y parte de la tarde envueltos en múltiples acentos castellanos  con los españoles en minoría, lo que me ha recordado el potencial de una lengua con tantos millones de hablantes en ámbitos geográficos tan diferentes y distantes.

Hemos recorrido los restos y la recreación del campo de concentración de Sachenhausen, hemos visto fotografías y hemos conocido historias, pero en la tranquilidad y el silencio del lugar y en la blancura de los campos cubiertos de nieve, entre la suavidad de nuestras pisadas era muy difícil imaginar el horror, la miseria, el hambre, la muerte. Y el frío.

En la comodidad de mi estado de turista bien pertrechada no he podido individualizar víctimas de la maldad sin sentido. Tampoco verdugos.

Por la tarde hemos tomado un café en un bar de los que ya casi no quedan en Madrid, de luces matizadas y conversaciones tranquilas, de solitarios, parejas o tríos, de lecturas, y de trabajo o placer con el portátil, en un gesto de adaptación a los tiempos.

En el exterior tenía luces de colorines y le he dicho a Jorge que en España habríamos pensado en un club de alterne. Me ha contestado que estoy un poco retrasada, que me dé una vuelta por Malasaña y que clarísimamente estábamos en un bar de híspers.

Clarísimamente, también, le he tenido que preguntar qué era un hisper.

Hemos terminado la tarde noche, en el sentido literal, porque era nuestra tarde pero hacía un buen rato que había anochecido, paseando la East Gallery, es decir el tramo del muro pintado con grafitis por artistas de todo el mundo. Algunos son fantásticos, y el conjunto es muy curioso por las diferentes interpretaciones sobre un mismo hecho que pueden contemplarse juntas.

A pesar de que los carteles avisan de que “manchar las pinturas puede acarrear multas de 95.000 euros”, lo cierto es que hay tramos que están llenas de otros grafitis sobrepuestos, firmas, dibujos y textos, entre los cuales no podían faltar algunos en nuestra lengua madre.

Después de cruzar el Spree, que según  Jorge es poco más río que el Manzanares por el puente Rojo, llamado así por el color de los ladrillos y no de la política hemos vuelto al hotel en metro. Estamos amortizando bien el billete de turista.

Por cierto, que ayer se me olvidó comentar que en los accesos al metro y al tren no existen tornos ni controles de ningún tipo. Sí hay revisores.

2 comentarios:

  1. Hola Pe:
    Me encanta leer tu cuaderno de bitácora.
    Es posible que cuando escribes "hísper" es exactamente como quieres hacerlo, pero si no estoy mal informada se les denomina "hipster".
    Un beso y a seguir disfrutando

    ResponderEliminar
  2. Hola Pe:
    Me encanta leer tu cuaderno de bitácora.
    Es posible que cuando escribes "hísper" es exactamente como quieres hacerlo, pero si no estoy mal informada se les denomina "hipster".
    Un beso y a seguir disfrutando

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