Las navidades avanzan y, ¡por fin! quedó atrás el solsticio de invierno. Y nosotros ¿avanzamos, o retrocedemos?
En el tiempo del reloj, (caminante continuo en un único sentido, que jamás acelera ni se detiene), se deslizan nuestras vidas; tantas veces a saltos, tantas veces impredecibles; tantas veces divorciado, su interior, del exterior.
Es la hora de la sobremesa; pero hoy me falta una tertulia . Estoy -físicamente- sólo acompañada por una persona que duerme.
Tengo un portátil y una red wifi que me acercan a casi cualquier lugar del planeta mas -seguro- no a la realización de mis cercanos deseos. Cortesía del desarrollo tecnólógico : nos dispensa trastos casi nunca imprescindibles, pero (casi) siempre útiles.
En este uno de enero sin resaca, si has llegado hasta este cuaderno de bitácora por caminos reales o virtuales, desde cerca o desde lejos, deseo que el año nuevo transforme el sueño de tu realidad en la realidad de tu sueño.
Me encantaría que así fuera.
ResponderEliminarNo de forma tan original y por supuesto mucho más obvia:
¡Que tus sueños se hagan realidad!!!