La música forma parte de las
cosas importantes que añoro en el nuevo trabajo; a veces canto, aunque poco y
bajito; a veces busco las letras sin sonido de las canciones y me conformo con
sus lecturas.
De madrugada se me ha instalado
Yo me bajo en Atocha, tal vez porque
desde el lugar que ahora la contemplo, esta luz de lluvia de quiero y no puedo les sienta bien a Madrid y a mi estado de ánimo.
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