sábado, 11 de julio de 2015

Asimetría

Él arrastraba los años y la única esperanza del próximo trago.

Ellas compartían mesa, risas, copas, amigos y noche de verano.

El lugar… cualquier lugar.

Él gritó un nombre entre exclamaciones: ¡qué guapa eres!

Después una mirada:

-Tu no.

-Ya lo sé.

Le pidió perdón.

Aceptó las excusas recordando otros momentos.

Después pensó que lo entendía mejor que ninguno de los presentes, pero aquello no cambiaba nada.

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