NOTA: Se advierte a los posibles lectores de que esta reseña es
absolutamente subjetiva y puede inducir a desacuerdos.
Lugar: Palacio de los Deportes
de la Comunidad de Madrid (la acústica, aceptable).
Fecha de compra de las
entradas: 20 de marzo de 2012 (esta vez llegamos a tiempo).
Fecha del evento: 19 de
septiembre de 2012 (todo llega, si el cuerpo resiste).
Hora: 22:00.
Acompañantes: mi hijo, mi
amiga, sus hijas y su hermana.
Título del evento: Dos pájaros contraatacan.
Pájaros principales: Serrat y
Sabina.
Pájaros secundarios: los
músicos y todo el equipo técnico.
Pájaros extras: el público que
abarrotaba el recinto. Colgado el cartel de “no hay billetes”.
Lo mejor: los temas cantados
siguiendo el ritmo original, independientemente del intérprete.
Lo peor es evidente: los
experimentos con canciones que llevan muchos años conmigo.
Temas asesinados: De cartón piedra y Princesa.
Mejor canción de Serrat: Señora (a pesar del vértigo que produce escucharla desde el otro lado de la barrera).
Mejor canción de Sabina: me
cuesta elegir, pero puestos a ello, Yo me
bajo en Atocha.
La apoteosis: llegó con Cantares (y no fue el final).
Mi pensamiento de la noche: a
la vuelta, en el metro, abarrotado a la una de la madrugada de un miércoles, verificar que un montón de gente a la que no conozco, y que no volveré a encontrar, comparten mi afición por estos dos eternos trovadores de vida y
sentimientos.
Mi estado de ánimo al finalizar
el concierto: extasiado.
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