miércoles, 10 de enero de 2018

La(s) noticia(s)

Nueva York. Y en Nueva York un chico de dieciocho años que justo ha terminado el  Bachillerato y al que como premio espera un viaje, con amigos y sin padres, a París.

A París y a su romanticismo. Decide que no volverá sin haber besado a una chica en lo alto de la torre Eiffel.

Lo consigue, no sólo besa a una chica, sino a una muy guapa y con buena planta, encontrada por azar en compañía de su madre; y no hay un beso sino dos, el segundo para inmortalizar preceptivamente el momento. Con la emoción consigue su nombre además del ósculo, pero se olvida de pedirle una dirección. ¡Oh la la!

No problem, para eso están Twitter y demás patios de vecinos; una voz que se transmite a otra voz, que se traslada a otra, y a otra, y a otra más, y al final… contacto conseguido.

La historia termina aquí: la chica ya estaba comprometida.

Analiza esta noticia, matízala, júzgala, piensa en la primera impresión. Después, clica en el botón “Leer más”.


Nueva York. Y en Nueva York una chica de dieciocho años que justo ha terminado el  Bachillerato y a la que como premio espera un viaje, con amigas y sin padres, a París.

A París y a su romanticismo. Decide que no volverá sin haber besado a un chico en lo alto de la torre Eiffel.

Lo consigue, no sólo besa a un chico, sino a uno muy guapo y con buena planta encontrado por azar en compañía de su madre; y no hay un beso sino dos, el segundo para inmortalizar preceptivamente el momento. Con la emoción consigue su nombre además del ósculo, pero se olvida de pedirle una dirección. ¡Oh la la!

No problem, para eso están Twitter y demás patios de vecinos; una voz que se transmite a otra voz, que se traslada a otra, y a otra, y a otra más, y al final… contacto conseguido.

La historia termina aquí: el chico ya estaba comprometido.

Analiza ahora esta última información, matízala, júzgala, piensa en la primera impresión. Compara luego tus dos análisis.

Aunque las apreciaciones subjetivas en ambos casos son mías, una de las dos noticias es cierta. La he leído hoy en La Repubblica.

Y he visto la fotografía. Supongo que tras viajar de patio virtual en patio virtual, la persona propietaria no podía reclamar derechos de autor.

Ni el sujeto pasivo derecho a su privacidad.

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