El profesor
dijo que hiciésemos nuestro un espacio escribiendo en él aquello que se nos
ocurriera. De esto hace quince días.
Quince días
pensando argumentos, valorándolos, dudando y finalmente rechazándolos. Ahora,
como siempre, cuando el tiempo se agota, a falta de temas transcendentales,
escribiré a mano y en un cuaderno después de mucho tiempo, sobre lo inmediato.
Esta mañana he
despertado sabiendo que había soñado muchas cosas diferentes, pero sin poder
recordar ninguna y con el estribillo de una canción como ruido de fondo.
Esto me sucede
a menudo; es como si la música y las palabras estuviesen esperando mi despertar
para hacerse conscientes. A veces es una canción que ni siquiera me gusta, pero
que canto una y otra vez por los espacios de mis mañanas.
Y siempre me
pregunto si quizás mi cerebro aprovecha sus periodos de desconexión aparente
para concentrar mis inquietudes en un verso o en una estrofa.
“… Aunque a estas alturas
Un último esfuerzo
No valga la pena…”.
Este es el
fragmento de hoy, el que me ha escuchado cantar (mal) cualquiera que se haya
cruzado conmigo y no fuese sordo.
El tema
completo, que he escuchado y he leído después, cuenta una relación que se
termina sin remedio; y dice de tequilas que borran nubes que no ocultan soles,
de diferencias manifiestas entre pérdidas de control buscadas y encuentros
siempre quiméricos con el olvido.
Me he
preguntado cuánta energía ahorraríamos si supiésemos saber cuándo “un último
esfuerzo no vale la pena”. Ya.
Alguien podría
llamar a esta actitud “tirar la toalla”.
Yo me he
preguntado cuál de todas mis historias no merece a estas alturas una postrera
oportunidad.
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Escribí esta
entrada el ocho de mayo.
Con la urgencia
del plazo a punto de expirar, la terminaba con una pregunta indirecta a la que
en aquel momento no podía contestar.
Ahora he
encontrado una respuesta.
No vale la pena
un último esfuerzo para demostrar que lo que ellos interpretan, convencidos,
como intentos de control, esconde sólo necesidad de conocimiento o confirmación
del bienestar de alguien importante para mí.
Y el intento de
ser coherente con unas mínimas normas de convivencia y comunicación.