No me había olvidado de Valentina, pero la dejé abandonada el
14 de abril, fecha de la última entrada de este blog que le hacía referencia.
Como finalización del taller de escritura que ya pertenece a
mi historia, mi protagonista debía escribirle una carta a la persona que, en el
capítulo anterior, el azar había cruzado en su camino (en este caso, a Framuel).
La carta debía tener un enfoque multisensorial, fin que, me parece, no llegué a
conseguir.
Valentina fue muy rauda en enviar su misiva, pero yo no lo
fui tanto en publicarla.
Otras urgencias de las musas, múltiples quehaceres, nimios
avatares personales, y el ser conocedora de que el reloj de alguien con 99 años
a cuestas lleva su propio ritmo, han retrasado el evento hasta este momento.
En la pestaña “más información” encontraréis la
personalísima visión de mi protagonista sobre su encuentro y, al final del
mismo, los comentarios que la profesora me hizo.