En consonancia con su trascurso, el Año SIN termina con
borrascas y gélidas temperaturas que nos dicen, ellas también, quédate en casa.
Lo recordaremos mas no lo añoraremos. Nos ha cambiado
la vida sin consultas y sin permiso y nos ha enseñado cosas que no queríamos
aprender. No le daremos las gracias por sus favores.
Alrededor de medianoche, con la última uva y el primer sorbo de cava del año que estrenaremos, pediré a 2021 que nos deje la ESPERANZA y adaptando la letra de la canción de Manu Chao a mis propósitos cantaré
Adiós año 2020
Que te den que te den por ahí…
Nunca me gustó la perfección de los números pares.